Y aquí comparto con ustedes esta gran bendición que Dios me ha permitido vivir, ellos son mis tres hijos. Son mi razón de vivir, por ellos he aprendido a ser mejor persona, a enfrentar dificultades y retos, y la vida me ha enseñado que no solo debes amarlos. Cuando son pequeños todo es más fácil, solo es alimentarlos y procurar que su felicidad se extendieran todo el día, y claro sus juegos tan bellos juegos.
Verlos dormir era un verdadero privilegio, siendo tan pequeños y saber que esa pequeña creación del Señor, fuera tu entera responsabilidad, y que su seguridad y vida dependía solo de ti, tengo el enorme privilegio de verlos crecer día a día, y a veces eso duele, saber que los preparas para enfrentarse a la vida, una vida llena de retos, dificultades y con ello llegar a los triunfos.
Le agradezco enormemente a la vida por tan grande bendición, decirles que cada día, ha sido muy valioso. Hijos agradezco todos los momentos alegres, que he pasado a su lado, la satisfacción que tengo de tenerlos a mi lado, se que pronto se irán, pero sepan que siempre estaré ahí, que siempre contaran conmigo, tendrán un hombro para llorar, también los reprenderé si es necesario, pues recuerden que lo hago por y con amor. En sus caídas les ayudare a ponerse en pie y adonde vayan ahí iré, recordando que siempre que Dios me lo permita.
Aquí ya en la actualidad, ellos son el fruto de mi gran amor, el motor de mi vida.
Recuerden que siempre debemos agradecer a Dios por nuestra existencia, por nuestros sueños, por nuestras lagrimas, nuestros logros, nuestros éxitos, gracias por la vida.
Yo hoy Señor te doy gracias por tan grande bendición.
Les deseo un bello día.